Superman y Batman se conocían desde hacía tiempo. Habían trabajado juntos en multitud de ocasiones, pero su relación nunca fue especialmente buena. El evento conocido como Enemigos Públicos sería el primero de muchos otros que llegarían en los que el hombre de acero y el caballero oscuro tendrían que unir sus fuerzas para derrotar a grandes amenazas.
Todo comenzó cuando un gigantesco meteorito de kryptonita iba en dirección a la Tierra. El gobierno norteamericano, presidido por aquel entonces por Lex Luthor, empleó tecnología de Apokolips para lanzar unos potentes misiles y destruir aquella porción de Krypton. Sin embargo el esfuerzo se quedó en nada porque el meteorito siguió su curso. Luthor dio entonces una conferencia de prensa en la que explicó a los ciudadanos el terrible peligro que corría el mundo. Para sorpresa de todos aseguró que el asteroide iba hacia nuestro planeta porque Superman, de origen kryptoniano, estaba aquí. Así pues, Luthor ofreció un billón de dólares de recompensa a quien llevara al superhéroe a las autoridades federales.
De manera paralela Superman y Batman se unieron para resolver el caso de Metallo. Este villano intentó destruir STAR Labs en Metropolis y después, en Gotham, estuvo a punto de acabar con la vida del hombre de acero. En la Batcueva el héroe se recuperó de sus heridas mientras Batman, mediante Oráculo, obtuvo información de STAR Labs de Metallo. Gracias a esto supo que el asesino de sus padres era el propio Metallo cuando aún era un simple ratero conocido como John Corben. Para sorpresa de ambos apareció de la nada un Superman del futuro asegurando que debía detener al del presente. El combate apenas duró unos minutos antes de que Batman le disparase una bala de kryptonita y seguidamente desapareciese sin más.
La oferta de Luthor interesó a un buen número de supervillanos que se lanzaron a la caza de Superman. Entre éstos estaba Silver Banshee, Capitán Frío, Mongul II, Salomon Grundy, Brimstone y otros muchos a los que la pareja de héroes hizo frente. Fue, sin embargo, un grupo de superhéroes liderado por el Capitán Átomo quien más resistencia les puso. Por orden de Luthor este equipo se enfrentó a los dos. Eso sí, entre sus integrantes no todo era lo que aparentaba: Katana, por ejemplo, era una espía de Batman que tenía la misión de informarle y encontrar “al niño”. Uno de ellos, Mayor Fuerza, se convirtió en una amenaza aún peor cuando su traje de contención se rompió. Debido a esto comenzó a liberar su energía atómica y puso en peligro a todo y todos los que estaban a su alrededor. El Capitán Átomo optó entonces por absorberla, y aunque lo consiguió perdió la vida por ello. Convencidos de que debían calmar las cosas, la Sociedad de la Justicia envió a dos de los suyos, Hawkman I y Capitán Marvel, a por la pareja de héroes y, de hecho, lo consiguieron. O así pareció.
Un grupo formado por Nightwing, Robin III, Cazadora, Acero II y Cir-El entró en la Casa Blanca en busca de Superman y Batman, pero las fuerzas armadas del D.O.E. y el propio Luthor les detuvieron. Este último gracias a la inyección de una mezcla de kryptonita líquida y de la droga veneno por la que obtuvo fuerza sobre humana. Pero poco pudo hacer contra el Capitán Marvel y Hawkman I, quienes eran en realidad Superman y Batman respectivamente. Después de haber vencido a aquellos dos de la Sociedad tomaron sus identidades para tener fácil el acceso a la Casa Blanca. A la vez conseguían tiempo para Katana y Power Girl, que debían ir en busca del “chico”. Ahora los dos superhéroes rescataron a sus pupilos y se marcharon para resolver el tema del meteorito de kryptonita. Luthor, molesto porque no había conseguido acabar con sus enemigos, se dispuso a hacerlo por él mismo con una armadura forjada en Apokolips.
El tal “chico” era un joven japonés de 13 años llamado Hiro Okamura o Juguetero, como a él más le gustaba. Como un experto que era en la construcción y diseño de artilugios, Hiro creó un enorme robot que podría acabar con el meteorito, todo pagado por Waynetech, la empresa de la que Batman era dueño. Superman debía pilotar este robot, pero en su lugar lo haría el reaparecido Capitán Átomo, cuya supuesta muerta fue simplemente un salto cuántico al futuro. Gracias a esto entró en contacto con el Superman del futuro. Éste era de una realidad en la que todo había quedado destruido porque no fue capaz de evitar esta crisis. Átomo, ahora consciente de lo que iba a pasar, insistió en que debía ser él quien pilotara el robot porque además de acabar con el meteorito podría absorber la radiación. Así pues, Átomo se embarcó en una misión que terminó exitosamente pero no sin acabar con su vida.
En Metropolis Superman y Batman se enfrentaron a Luthor, ahora más peligroso que nunca por la armadura y la droga que corría por sus venas. La batalla terminó con el empresario cayendo desde lo alto de las Torres LexCorp, que se desplomaron también enterrando a su dueño con toneladas de peso. Antes que esto ocurriese se aclaró que la supuesta autoría de Corben en el asesinato de los Wayne era un engaño creado por Luthor. También que mantenía una estrecha relación con Apokolips y su amo, Darkseid, de ahí que tuviese tecnología como la del Tubo Boom o la de su armadura, además de que fue quien le informó de la llegada del meteorito y del porqué lo hacía. Superman se negó a creer que realmente él era la causa de la arribada del asteoride.
Con Luthor fuera de la presidencia Pete Ross tomó el cago del Gobierno y Superman quedó libre de cargos. Mientras a la Tierra llegaban pequeños fragmentos del gigantesco meteorito de kryptonita, no todos del habitual color verde. Las cosas volvieron a calmarse, aunque Luthor seguía vivo y amenazaba con volver para vengarse…
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