Edición original: The Amazing Spider-man #121-122
Guión: Gerry Conway
Dibujo: Gil Kane
Entintado: John Romita Sr. & Tony Mortellaro
Color: David Hunt
Portadas: John Romita Jr.
Guión: Gerry Conway
Dibujo: Gil Kane
Entintado: John Romita Sr. & Tony Mortellaro
Color: David Hunt
Portadas: John Romita Jr.
Puede que para muchos Gwen Stacy sea un icono tan importante que no piensan que tanto ella, como su padre George Stacy, son para muchos auténticos desconocidos comparados con Mary Jane o la tía May, y aquí hablo por experiencia propia, pues como alguien que se crió con la adaptación animada de los 90s no tenía ni idea de que hubiese una rubia –más allá de la versión “niña de mama” con las que se nos presentó a laGata Negra en esta serie- que hubiese ocupado el corazón de Peter Parker. Yo, como tantos otros, supe por primera vez quién era Gwen Stacy cuando supe de su muerte; para todos los que la conocimos así es difícil imaginarnos el gran varapalo que sufrieron todos los que conocieron la noticia de primera mano, aunque cogiendo un libro de George R.R.Martincreo que podemos hacernos una idea. Es curioso, pero después de tanto tiempo parece que los Stacy han vuelto, tanto en la última adaptación animada como en la próxima película de Spiderman, después de años de olvido –Spiderman 3 no cuenta- vuelven a tener cierta relevancia en el panorama de los distintos medios que a su disposición tiene Marvel Comicsy por fin van a ser más reconocidos por los más jóvenes aficionados.
La muerte no suele ser muy duradera en el mainstream de los cómics, y si esta ocurre se recurre a la resurreción a los dos días, tanto es así que ya cuando muere un personaje no se lamenta el suceso, sino que se hacen apuestas sobre cuándo va a resucitar. Pero la muerte de los Stacy es una “muerte real”, aunque se nos hayan presentado unos cuantos clones con el tiempo, como los que tuvo en su día el propio Masacre, Gwen Stacy se fue para no volver nunca más. Gwen Stacy no fue la primera en morir. Primero se fue George Stacy, no solamente era su padre, sino que también cumplía en cierta manera las funciones de padre de Peter, era el apoyo maduro masculino que sustituyó al tío Ben; su desaparición no significó simplemente dejar huérfana a Gwen, de alguna forma también dejó a Peter sin un gran apoyo en su siempre difícil lucha. George Stacy moría en el The Amazing Spider-Man #90 revelando que conocía la identidad secreta de Spiderman, y pidiéndole a este que cuidase de su hija. Puede que no fuese una muerte muy espectácular, pero desde luego fue realista.
Unos cuantos números después de aventuras más o menos recordables, la relación de la tía May con el Doctor Octopus, por ejemplo, pasamos a una historia que hizo que en el año 1973 a muchos fans del arácnido se les rompiese el corazón y mirasen para siempre con rencor a sus responsables: Gerry Conway y Gil Kane. Un capítulo en la trayectoria de Spiderman cuyo título no aparece donde debería estar, un hecho que ya de por sí hacía sospechar. La historia en líneas generales no es algo que no se hubiese visto ya entonces hasta la saciedad en los cómics de superhéroes. El malo de turno, en este caso el Duende Verde, secuestra a la chica del héroe que acude raudo a salvarla. ¿Cuántas veces lo habían hecho otros? Incluso Spiderman se permite una serie de chanzas cuando recoge a Gwen Stacy pero al subirla las cosas no van como deberían, la ha recogido antes de llegar al suelo con su telaraña, pero lo único que ha conseguido es rescatar un cadáver. Y entonces es cuando se nos revela el fatal título: La noche que murió Gwen Stacy (también traducida en algunas ediciones como El día en el que murió Gwen Stacy).
Preguntar cómo iba a reaccionar después de eso el trepamuros es absurdo, pues aquí se deshace del carácter de alegre justiciero, aparca ese “todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”, lo único que le motiva ahora es la venganza. No le importa ayudar a su mejor amigo Harry en medio de su viaje psicotrópico, su objetivo es claro: matar a Norman Osborn. No está para sutilezas ni juegos de palabras, silenciando directamente con su telaraña aJ.J.Jameson. Pero no va a ser el rencor lo único que le atormente, también la culpa, factor presente siempre enSpiderman desde la muerte de su tío Ben, tanto que no va a tener reparos en decirle a la policía que ha sido él mismo quién ha matado a Gwen Stacy, pues sabe que si no fuese por Spiderman ella seguiría viva. Como siempre, se para a pensar en todo lo que le ha robado su identidad secreta, el coste de su poder se le antoja demasiado. Como broche final a la historia se acabará produciendo otra muerte, en este caso la de Norman Osborn, cerrando así todo un ciclo.
Pero aunque la rabia le ciegue cuando llega el momento Peter sabe frenarse, no quiere convertirse en un asesino, pero la justicia poética está ahí, y el Duende Verde muere al siguiente número de causar la muerte de Gwen Stacy, empalado con su propio aerodeslizador con el que intentaba atacar a Spiderman. La muerte de Gwen Stacy y elDuende Verde, como decía, cierra un ciclo, al igual que Mary Jane cierra la puerta del apartamento para quedarse con Peter. Una Mary Jane que para muchos nunca ha estado a la altura, ya sea por nostalgia o porque directamente cae mal. Se cerraba la puerta a Gwen, que nunca volvería, para iniciar la relación con la pelirroja. Algo había cambiado para muchos. Los que amaron a Gwen afirman que su muerte fue por ser demasiado perfecta y los guionistas no sabían qué hacer con ella, otros por añadir algo de realismo a los cómics. Lo cierto es que los que no conocimos a la rubia siempre la hemos visto como un ideal al que ninguna otra supo llegar, pues por muy enamorado que se nos haya presentado el señor Parker posteriormente siempre va a estar esa chica que cayó desde el puente de Brooklyn (en principio iba a ser el puente Washington).
Su muerte también ha sido motivo de diversas polémicas, no sólo por el mero hecho de hacer desaparecer de manera tan trágica a uno de los personajes principales de las historias de Spidermande la época, sino por la cuestión de cuál fue la causa de su muerte. Aunque en el mismo relato el propio Duende Verde dice que una caída así, aunque no llegue el impacto, mataría a cualquiera, y seguramente Gwen Stacy estaba muerta antes de llegar abajo, no son menos las que apuntan a la teoría de que fue el propioSpiderman quién la mató accidentalmente rompiéndole el cuello al intentar detener su caída, como se cuenta en Marvels de Kurt Busiek y Alex Ross o en Pecados del Pasado de J.M. Straczynski yMike Deodato, esta última precisamente una historia de la que los fans de la joven Stacy más han renegado.
Aunque mucha gente la llegue a calificar como su historia favorita de Spiderman, no creo que La noche que murió Gwen Stacy sea una historia que se pueda calificar simplemente con un “me gusta”o un “no me gusta”, pues se trata de uno de los sucesos más significativos, aún con “mefistazo” de por medio, de la historia de elHombre Araña. Ante todo es emocional, incluso a los que no conocimos “viva” a Gwen Stacy podemos sentirnos arrastrados por ese cúmulo de emociones, desde el alivio al atraparla en el último momento en su telaraña a la desesperación que muestra Spiderman al tener el cadáver de la mujer que ama en sus brazos, tan palpable que podemos sentirla en carne propia, deseando también con todas nuestras fuerzas la muerte y la venganza contra elDuende Verde. Descanse señorita Stacy, que a nadie le quepa duda de que fuiste especial, pues hasta los que no te conocimos en vida llegamos a quererte.
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